Rafael Ballén

Soy profesor investigador y escritor. Quizá el único Ph.D de mi vereda —Charquira— y de mi municipalidad —Carmen de Carupa—. Probablemente uno de los pocos académicos de mi departamento —Cundinamarca—, que ha alcanzado ese logro, otorgado en Derecho Público, por la Universidad de Zaragoza-España. Por ser sobreviviente de la violencia, me considero un desplazado con suerte. “Antonio, esta noche no te quedes en la casa. Vete al monte con tus hijos, porque esta noche te caeremos”. Era la advertencia que le hacía, una y otra vez, un primo hermano de mi padre, que formaba parte de una banda paramilitar de la época. Entonces, en Colombia estaba en pleno furor la Violencia de los años 50 del siglo XX, de la que nos salvamos mi padre, mis hermanos mayores y yo.

En mi vereda cursé, día de por medio con las niñas de mi generación, el primer año elemental. Mi primer desplazamiento lo hice a Ubaté, capital de la provincia del mismo nombre, donde terminé los estudios de primaria. El segundo paso de mi desplazamiento lo hice a Zipaquirá, ciudad en la que adelanté estudios pedagógicos, obteniendo el título de Normalista Superior. El tercer desplazamiento lo hice a Bogotá, después de haber recorrido buena parte del departamento de Cundinamarca. En Bogotá adelanté estudios de derecho, obteniendo el título de abogado. Mi último desplazamiento lo hice a Zagagoza-España, para coronar un sueño académico, que acaricié desde mi adolescencia: Ph.D

En mi adolescencia y juventud milité siempre en el ala izquierda o progresista del liberalismo colombiano. Acompañé a Alfonso López Michelsen en la campaña presidencial de 1974. En ese año fui elegido Diputado a la Asamblea de Cundinamarca y concejal de Carmen de Carupa y Ubaté. Al igual que muchos liberales, me sentí defraudado, por cuanto López gobernó más con el programa de Álvaro Gómez Hurtado que con los ideales liberales. Entonces escribí:

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Carta sin sobre a liberales de izquierda
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En 1978 participé en la contienda electoral, formando parte de la coalición Uno, Anapo, Mil. Terminado ese proceso me casé por lo civil, con Esperanza Barragán, unión de la que tuvimos los trillizos Laura Martina, Aída Esperanza y Rodrigo Antonio. Hoy profesionales y organizados en su propia familia. Rodrigo y Aída me convirtieron el abuelo, cada uno con dos nietos. Después de mi divorcio con Esperanza y de permanecer solo durante siete años, a mi vida llegó Olga Lucía Toro Borrero, compañía decisiva en mis nuevos proyectos intelectuales y políticos.

En 1979 acompañé a Luis Carlos Galán en la fundación del Nuevo Liberalismo. Consciente del agotamiento del oficialismo liberal escribí una obra que presentó Galán en la Biblioteca Nacional en noviembre 1985:

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Liberalismo hoy. Opción de cambio o agónica supervivencia
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Mi ficha laboral es muy diversa: maestro de niños de primaria; docente en las universidades Nacional de Colombia, Rosario, Cartagena, Militar Nueva Granada, Libre, Santiago de Cali y Nariño; Secretario General del Fondo de Desarrollo Rural Integrado —Fondo DRI—; magistrado del Tribunal Superior de Bogotá; Procurador Delegado para las Fuerzas Militares, ante el Consejo de Estado y ante la Corte Suprema de Justicia.

La cátedra universitaria y la función pública las acompañé siempre con la investigación. Fruto de aquellos años son los siguientes libros:

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Constituyente y Constitución del 91
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portada_corrupcion
Corrupción política
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Estructura del Estado
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Ilegitimidad del Estado. Reforma radical o revolución de la diversidad
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Retirado de la función pública, me consagré por entero al estudio. Cursé el Doctorado en la Universidad de Zaragoza, culminado con la tesis:

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El Consejo de Estado Colombiano. Origen, evolución, estructura y funcionamiento
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Mientras cursaba el doctorado, a la distancia observaba la manera de gobernar de Álvaro Uribe Vélez, gobernante al que le dediqué:

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La pequeña política de Uribe y sus simulaciones
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Seguí con atención el proceso de paz entre el Estado y las Farc-Ep. Viendo que la culminación de esa larga guerra influiría en la política en general, vi que las izquierdas tendrían su hora. Entonces escribí:

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Carta sin sobre a los Inconformes de Colombia
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Desde mi adolescencia y primera juventud la literatura no me fue esquiva. De aquella época hay narrativa inédita. Pero luego de haber escrito más de dos docenas de libros de ciencia política, historia y sociología jurídica rescaté esa vena literaria. Hoy tengo escritas seis novelas, de las cuales han sido publicadas dos:

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Cenizas
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La vida ejemplar de Constantina
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Al lado de la docencia, la investigación ha sido lo más representativo de mi proyecto de vida. Fui director del Centro de Investigaciones de la Universidad Libre, presidente de la Alianza Universal por la Paz –Univerpaz–, director del Centro de Estudios del Nuevo Liberalismo de Cundinamarca, miembro de la Junta Directiva de la Fundación Nuevo Liberalismo para una Colombia Nueva, de la Fundación Luis Carlos Galán, de la Sociedad Económica de Amigos del País, de la Fundación para el Pensamiento Latinoamericano y Colombiano, de la Biblioteca del Pensamiento Liberal y de Democracia Hoy.

Privilegiando las ideas políticas a la praxis, la acción no me fue ajena. Cuando encontré la materialización de la tesis formulada en Liberalismo hoy, vi que la corriente progresista de este partido estaba agotada y que no había espacio para esta corriente. Así que ingresé al Polo Democrático Alternativo, como miembro fundador en su I Congreso. En este partido, me desempeñé en los equipos programáticos, especialmente en las mesas de paz. En representación del Polo fui candidato a la Gobernación de Cundinamarca, para el periodo constitucional 2016-2019. Luego de la crisis del Polo, al lado de Clara López Obregón, hice parte del Congreso Fundacional del Movimiento Todos Somos Colombia. Este movimiento postuló mi nombre como candidato al Senado de la República.