Apreciados Amigos y Compañeros:

Una bronquitis severa, que me ha mantenido encerrado y limitado en la palabra, incluso la escrita, me obliga a concurrir a la reunión por medio de esta nota, no tanto para evaluar como para cuestionar.

En agosto de 2016 publiqué Carta sin sobre a los Inconformes de Colombia, cuyos destinatarios nominados eran los veinte presidenciables de izquierda para 2018 y los cuatrienios siguientes. La lista la encabezaba Clara López, por múltiples razones que después desarrollé y expliqué en otras cartas y artículos. Nueve de los 20 estuvieron en la palestra como candidatos y fueron reconocidos en las encuestas. De los 9, finalmente cinco hacen parte de cuatro de las siete fórmulas presidenciales que competirán el 27 de mayo.

En esa carta pedía yo unas reglas de juego claras que permitieran llegar a primera vuelta con un solo candidato de toda la izquierda, con la certeza de que si las reglas incluían la consulta popular interpartidista, la ganadora sería Clara López.

Pese a que a la presentación de Carta sin sobre a los Inconformes de Colombia, asistieron más de 400 personas, representativas de las distintas tendencias de izquierda, muy poca atención se prestó a este documento, que en menos de un año la editorial vendió más de mil ejemplares.

La fuerza de los hechos y la “dinámica de la política”, ha llevado a que a espaldas del pueblo, sin una consulta previa con sus bases, dos de esas tendencias de izquierda que yo convocaba en mi Carta, hayan decidido fortalecer a dos figuras del establecimiento (Sergio Fajardo y Humberto de la Calle), en desmedro de los sectores alternativos. Es lo que  dice el pueblo, aunque haya mil y una explicaciones, todas políticamente correctas.

Pero también la fuerza de los hechos, ha llevado, por sustracción de materia, a que toda la izquierda de este país, así como las masas ofendidas, excluidas y tantas veces humilladas, tengan en su imaginario una ilusión, que puede convertirse en realidad: Petro, presidente.

Es de tal magnitud esa ilusión, que a quienes no hemos salido corriendo a abrazar a Petro, nos tildan de traidores. Me pasó con familiares, amigos muy queridos de toda mi vida y compadres: pretendieron condicionar su voto al Senado a cambio de que encima del espacio de los plegables donde yo había escrito “Clara Presidente 2018-2022”, ilustrado con una foto de nuestra lideresa, pegara una etiqueta que dijera “Petro Presidente. Pida la consulta de Colombia Humana”. Por supuesto, me negué de plano, señalando que prefería aparecer solo con mi voto antes que dar esa voltereta oportunista. Nada hice. Ni siquiera visitar una plaza donde estuviera el exalcalde de Bogotá, ni un solo mensaje en redes que dijera: “Miren  aquí estoy yo. Soy de la lista de los DECENTES, la de Petro”.

En distintos círculos cerrados dije con tres semanas de anticipación que Petro bordearía en la consulta los 3 millones de votos, cifra que no estuvo lejana. Pasada la consulta aparecen dos hipótesis, a cual más perversas: una voluntarista y otra de regodeo tardío. La primera cree que dos de los tres –Fajardo, De la Calle y Petro– van a  renunciar a favor del tercero. La segunda es más perversa aún. Consiste en regodearse y decir: en la segunda vuelta arreglamos eso. Claro, eso sería muy bueno si uno de los tres pasara a segunda vuelta. Pero si la segunda vuelta es entre Vargas y Duque ¿cómo se arregla el regodeo tardío?

No se necesita ser un mago para ver que de los tres, quien más opción tiene de pasar a segunda vuelta es Petro. Contrario sensu, quien menos posibilidad tiene de remontar la segunda vuelta es De la Calle. Si a mí me preguntan qué hacer frente a la encrucijada de las dos hipótesis contestaría: ni voluntarismo ni regodeo, sino una decisión racional. Quienes en el proceso del 11 de marzo le guardamos lealtad a Clara López y estuvimos en la línea de fuego, sin dar saltos oportunistas, debemos apoyar desde ahora, con base en unos programas sólidos, la candidatura de Petro, para asegurarnos que efectivamente pase a segunda vuelta o gane en la primera.

Esa salida, que para todos ustedes puede ser de una lógica elemental, para mí se convierte de una coherencia de sí y únicamente sí. En efecto, si dos  de los destinatarios de mi Carta de 2016 –Gustavo Petro y Ángela María Robledo– conforman el binomio presidencial más seguro de darnos una victoria, ¿qué sindéresis habría en no apoyarlo?

Con mi afectuoso saludo, me suscribo de ustedes.

Cordialmente,

Rafael Ballén.